Sueño

Sueño

Fui a ver “Sueño” de la Compañía Criolla, es una versión libre de “Sueño de una noche de verano” 
Nos encontramos con una cálida bienvenida de parte de los artistas, en cuanto ingresamos al espacio. Ya presentíamos que algo bueno estaba por suceder en aquel encuentro. Aquellos artistas o personajes con miradas llenas de complicidad y alegría no solo pidieron amablemente silenciar los teléfonos sino mejor aún, ingresar al cuento de una forma inesperada, muy fresca y distinta. 
En cuanto se anunciaron, la magia comenzó. Se encendieron las luces de aquel escenario y las risas surgieron a borbotones. 


Nos contaron historias que aunque provienen de otros siglos se sentían tan vivas y de estos tiempos, historias de amor y de desamor que tanto vos como yo podríamos vivir. Dos actrices y dos actores se presentan jugando, cantando, bailando y dando sus mejores payasadas. Trayendo a la vida a más de dos o tres personajes cada uno de ellos. Nos dieron el espacio al público, a sentirnos parte de cada suceso y emoción que sentían. Volviéndonos cómplices en más de un momento, enalteciendo los buenos valores de la ingenuidad y ternura . Concediéndonos la posibilidad qué desde el niño más pequeño hasta la abuela mayor qué estaba en la sala , lograron conmoverse y reirse por los temas trascendentales que nos atraviesan a todos, el amor y la amistad. 
Una obra que cada chiste y cada movimiento se acompaña de una dirección justa y un gran equipo de trabajo en escena. Desde los actores hasta la técnica de luces y sonidos tienen un rol destacable en esta obra. 


Podríamos decir que los materiales en escena usados nos remontan a nuestra infancia donde tomábamos unos trapos y se volvían un inmenso Castillo. Libre de cualquier juzgación en un ambiente cargado de mucha imaginación, acompañada de diversión y aventuras. 
Nos trasladan a un bosque mágico y a castillos, donde nos cuentan que el amor puede verse de muchas maneras y qué podemos hacer las mejores y peores cosas, dejandonos al descubierto el poder equivocarnos porque somos simples mortales. Y qué más de una hada se ríe a nuestras espaldas por ello. 
Un viaje acogedor y lleno de vitalidad podría resumir sobre esta obra. En un cuento tan contemporáneo como atemporal nos abrimos la puerta a salir a jugar a los niños y niñas que llevamos dentro. 


Por Julieta Dalla Bella - @julietadallabella

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