Saverio el cruel

Saverio el cruel

Ya lo decía Confucio si quieres conocer a un hombre, dale poder.

Roberto Arlt como todo gran artista que supo retratar con precisión la naturaleza humana no pierde vigencia y vemos en su personaje más emblemático un fuerte eco en nuestra actualidad.
 La obra transcurre en el seno de una familia acomodada durante el periodo denominado como década infame, inicio de la intervención militar en la política nacional argentina, años en que el militarismo toma presencia a nivel mundial. En este contexto el autor desentraña un viaje hacía la crueldad humana.

Desde que ingresamos en la sala nos recibe un personaje enigmático, el mismo se encarga de dar comienzo a la historia, cumpliendo por momentos un rol de narrador, tambien interviene en la acción de la obra interactuando en un espacio de presunta fantasía y a la vez rompe la cuarta pared ,quebrando la ficción para sugerir directamente al público que el germen de la locura puede estar en cada uno de nosotros y quizás solo nos falte la circunstancia que lo despierte.


Nos encontramos con una puesta despojada que acompaña la difícil tarea de interpretar una textualidad cuyo lenguaje queda por fuera de nuestros tiempos y exige un doble esfuerzo a los actores .
En líneas generales los modismos propios de la década del treinta no distraen demasiado de la acción que llevan ágilmente los actores.
 Cabe destacar la entrega de su protagonista, Marito Falcón, quien logra exponer con una elocuente  interpretación el sombrío recorrido que atraviesa un hombre cuando es seducido por el poder. Utilizando un marco de espejo como recurso que permite desarrollar una transformación de simple vendedor de manteca a monarca,un hombre corrompido por la ambición en una estremecedora descomposición de carácter.


Una obra clásica, un final impactante y un cometido cumplido : irte del teatro con mucho en que pensar.

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