Solo cuerpo
Impactarse con la juventud, lo llamaría a esta nueva vorágine teatral. Aquí podemos ver una ruptura de límite, la ruptura de la técnica teatral convencional para apreciar al cuerpo hablante.
Este grupo de jóvenes, nos muestran una seguidilla de fragmentos de tres historias totalmente diferentes una de la otra, que se mueven de un lado a otro. Me refiero a que comienzan interpretando una historia y repentinamente, cambian a la otra, así sucesivamente. Y entre medio de esas historias, hay pequeños intervalos en donde los jóvenes dialogan con los espectadores haciéndolos participe. En tales momentos, la obra respiraba un poco, y vuelve a empezar como si ese tiempo “fuera de escena” no hubiese existido. Por instantes se pone cómica, ya que recurren a los chistes comúnmente utilizados en la contemporaneidad. Lo sorprendente, era que, los diálogos de los jóvenes, son mayormente musicalizados, las palabras riman y se crea una especie de prosa. Una obra shakespeariana bastante revolucionada. Con todo, el espectador comienza a adentrarse en pequeños mundos, que por momentos se conectan y por otros no. El relato poético, va y viene, con entradas y salidas de escena.
Los directores se hacen llamar “Los pipis” y está conformado por dos chicos llamados Matias Milanese y Federico Lehmann. En esta obra, emplearon el recurso de cambiar el punto de vista del observador. Primeramente, los espectadores nos encontramos dentro del escenario, con los jóvenes actuando encima de él y por fuera de él. Pero luego, para finalizar, la situación cambia, los observantes se trasladan a las butacas habituales y la sensación es otra. Más relajante, más sedante, se va notando la finalización de la trama, volviéndose más romántica, profunda, y sentimental al extremo.
La trama da a conocer la transformación del siglo. Vemos a los jóvenes contar el contenido cultural en Buenos Aires, las formas de producción prefabricadas que inhiben, en algunos casos, la creación. Además, hacen hincapié, en los consumos culturales, el futuro y la tecnología. El mensaje de la democratización del contenido está presente, y utilizan a sus cuerpos como el contenido mismo.
Ruptura de paradigma para nosotros, los de teatro clásico. Aquí, los jóvenes lo dan todo, se puede ver su alma expresada de tal forma que llega a incomodar. Pero es una incomodidad buena, una que se trasluce con una sonrisa, pensas, "wow de dónde sacan tanta energía" ya que nunca, en ningún momento sentí una bajada en la potencia de sus cuerpos actuando, la mantuvieron perfectamente hasta el final de la obra.
El caos es una belleza poética, y la danza, la forma irrompible del cuerpo; estos cuerpos que te llaman, te quieren decir…
Por Dolores Loaldi
Ficha técnica:
Dramaturgia: Federico Lehmann, Mer Sevares
Actúan: Luis Eloy Antúnez Greminger, Catalina Bender, Armando Carcamo, Lucía Deca, Katiuska Francis, Bruno Giganti, Alma Holovatuck, Sofía Ricci, Lautaro Sosa Ruiz, Joaquín Tomassi
Música: Mariela Muchico
Asistencia De Producción: Lautaro Sosa Ruiz
Asistencia de dirección: Paula Sanabria
Producción: Lospipis Teatro
Coreografía: Agustina Barzola Würth, Lospipis Teatro
Dirección: Federico Lehmann, Matias Milanese, Lospipis Teatro